QUE
LINDA QUE ES LA DEMOCRACIA! PERO QUE LINDA!
Para
los que ganan si, para los que pierden:
A-
Somos una sociedad atrasada que no se da cuenta, que vota mal.
B-
El gobierno es una mierda y todo está mal. De repente vivimos en
Sarajevo.
C-
Causa de la razones A y B: Estamos hipnotizados por los discursos del
otro, por los planes del Mides...
Un
montón más de razones, pero lo podemos resumir en: Peñarol-Nacional
Porqué
si, mucha gente inconscientemente entiende la política como entiende
el fútbol. Y eso en mi opinión está mal.
Yo
tengo una preferencia, soy de izquierda, pero soy crítico. Y no
crítico en el sentido "me informé antes de votar", "leí
los programas de todos". No, crítico del gobierno de turno, de
todos los gobiernos de turno.
¿Pero
que pasa cuando uno está disfrutando de la jornada electoral a su
manera, como se le antoja (por ejemplo, diciendo las estupideces que
estoy diciendo en twitter en este momento, estupideces que de diez,
una es graciosa, por pura suerte) porqué estamos en democracia? Se
enoja.
Se
enoja porqué nos acostumbramos a futbolizar la política. Porqué
consciente e inconscientemente pasamos por los mismos procesos:
rivalidad, identificación, banderas, cantos, jingles.
Y
ahí llegan las etiquetas: Votas al FA? Sos un zurdo comunista. Votas
a LP? Sos un cheto oligarca. Votas a Pedro? Sos un facho. Ley de
Godwin. Fin de la discusión. Fin del debate.
Cada
vez que intenté comenzar una discusión sobre política, intenté
aclarar que soy de izquierda, pero crítico. Y no me dieron bola.
Porqué? Porqué la futbolización de la política. Porque las
etiquetas. En un momento me cansé y no discutí más.
Pero
llegó el día de las elecciones y se me vino toda la democracia al
cuerpo. Sentí una energía tremenda. Una buena vibra. La de mi
hermana votando por primera vez en su vida, la de mi vieja con los
ojos humedecidos por haber recuperado lo que no tuvo por mucho tiempo
camino al circuito.
Y
como lo hice? En twitter, diciendo las mismas boludeces de siempre, y
en Facebook dando una nueva oportunidad más al debate forista sobre
el No a la Baja. Un debate tranquilo, critico, sin calenturas, sin
apelar a las etiquetas. Adivinen como terminó? Si, Ley de Godwin
otra vez.
Por
eso en ésta campaña me identifiqué mucho más con la causa del No
a la Baja. Porqué es un tema extra partidario (sectores de todos los
partidos apoyaron al NO), porqué es un tema de derechos humanos, y
porqué en mi opinión, no se puede manosear la Constitución de la
República en algo tan delicado y tan importante. La Constitución
nos define como ciudadanos. A todos. Me va a dar una vergüenza
tremenda estar bajo una constitución que baja las penas a los
menores de edad pero conserva los derechos tal como están, si es que
sale. Es un gran chivo expiatorio que va a manchar la Constitución.
Va a quedar manchada de sangre.
Pero
bueno, llegó el día de las elecciones y después de tantos meses de
bancarmela, bancarmela, dejarla pasar, exploté. Exploté en
frenteamplismo. Y eso me generó problemas. En media hora me tildaron
de intolerante, de fascista (!), de zurdo, que no respeto las
opiniones del otro, que pido tolerancia y no tolero, etcétera,
etcétera
Porqué?
Porque futbolización de la política. Bolso puto. Manya gallina.
Creo
que esto se atenuó más en ésta campaña por una razón:
En
esta campaña uno de los discursos hegemonicos fue el de la positiva.
Un discurso neutro, que intenta eliminar todo conflicto, que busca lo
mejor de nosotros, que busca olvidarse del pasado, que no critica lo
malo de éste gobierno (recuerden, soy de izquierda pero crítico,
puedo mencionar montones de cosas malas), que busca acuerdos, etc,
etc etc. En resumen, un discurso neutro, vacío, lleno de lugares
comunes (hablo de discurso, no de programas. Otro día hablamos de
programas. Bueno, ya es tarde, hoy es el día).
Y
peor, un discurso que cancela la crítica. Decís A y ya sos un
intolerante, un antidemocratico. Porque? Porque la positiva.
La
positiva logró apoderarse por meses del debate, del enfrentamiento,
encerrarlo en un cajón y guardarlo. Tapar el sol con un dedo.
Una
estrategia fantástica: porqué la izquierda sin critica, sin
discusión, sin dialéctica, muere. Porque esa es la razón de la
izquierda, el motor de la izquierda, la sangre que corre por las
venas de la izquierda: criticar la realidad, desafiarla,
cuestionarla, cagarse en ella, para transformarla.
Pero
ustedes me dirán "Hablas de futbolización de la política,
pero sin embargo te quejas de una propuesta que intenta eliminarla".
No
señor, hay dos niveles, uno interconectado con el otro. La
futbolización está en la gente, en los ciudadanos de a pié y en
los militantes, todos, de todos los partidos. Los fanáticos de ambos
lados defienden a sus partidos con la lógica futbolera.
Arriba,
el nivel del discurso de las campañas políticas, del marketing, que
luego bajan hacia los militantes y los simpatizantes.
El
resultado:
-
Los frenteamplistas defienden a capa y espada que estos fueron los
mejores 10 años de la historia del Uruguay. Y no es así, es
imposible, es imposible. Mejoraron muchas cosas, muchísimas, pero no
somos Finlandia. No volvimos a ser "La Suiza de América
progresista".
-
Los blancos defienden el discurso neutro de la positiva, del no
pelear más, del buscar acuerdos, y si alguien muy osado o muy loco
intenta debatir algo del programa, algún desliz en el discurso,
algún dato mal mencionado viene el "NO! SOS UN INTOLERANTEEEE!
SOS UN ZURDO INTOLERANTE! RESPETÁ LAS OPINIONES DEL OTRO! SE
POSITIVO! NO CRITIQUES AL OTRO! HABLÁ DE TUS COSAS QUE YO HABLO DE
LAS MIAS", como si hubiera un cono del silencio del Agente 86.
Igual que en el Ateneo de ANDEBU.
Al
final, llegó el día de las elecciones, me calenté, y si no podés
con la coyuntura, únete a ella.
Y
me subí al carro del frenteamplismo tribunero. Para los futboleros
políticos les alcanzó con tirar un par de tuits con los
hashtags #3FA y #UruguayNoSeDetiene, y un par de boludeces, porqué
twitter es para decir boludeces. Solo eso bastó para convertirme en
un zurdito comunista ciego que niega la realidad. Y bueno, me gusta
más eso que ser un oligarca puto que no salió nunca de su chacra en
La Tahona.
Entonces,
como zurdito comunista ciego que parece que soy, hoy al final de la
jornada voy a agarrar mi bandera roja, azul y blanca y me voy a ir a
festejar.